Durante el conflicto del Atlántico Sur en 1982, la Marina Mercante Argentina desempeñó un papel crucial en las operaciones logísticas, asegurando el transporte de tropas, suministros y apoyo técnico en zonas de combate.
Más de 50 buques mercantes y sus tripulaciones fueron afectados para prestar servicio durante el conflicto, cumpliendo tareas esenciales en el transporte de personal militar, pertrechos, víveres, combustible, vehículos y asistencia médica hacia las islas. Navegaron en zonas de alto riesgo, enfrentando bloqueos y ataques enemigos, muchas veces sin el resguardo propio de un buque de guerra.
Tripulantes oficiales de la Marina Mercante, pertenecientes a la Empresa Líneas Marítimas Argentinas (ELMA), YPF, la Flota Argentina de Navegación de Ultramar, Maruba y otras compañías navieras formaron parte de este esfuerzo nacional, demostrando profesionalismo y valentía en cada misión.
Se estima que alrededor de 1.500 marinos mercantes, muchos de ellos comisarios navales, participaron en acciones directas durante la guerra, demostrando un compromiso inquebrantable con la causa nacional. Algunos buques, como el Bahía Paraíso, el Río Carcarañá y varios remolcadores, quedaron en la memoria colectiva por su entrega y servicio.
Este 10 de mayo, desde el Centro de Comisarios Navales rendimos homenaje a aquellos hombres —muchos de ellos comisarios navales— que, con coraje y vocación, surcaron las aguas del sur para defender la soberanía nacional.
Su ejemplo permanece vivo en cada embarque, en cada acto de servicio, en cada navegación.